Chavez Personal Vudú Muñeco

La idea es usar los alfileres (incluidos) para someterlo a un suplicio físico y, a cambio, lograr incidir sobre sus polémicas acciones políticas –especialmente las que tienen que ver con sus intervenciones en asuntos colombianos. Pero yo a mi Chavecito lo tengo en la cama, casi a manera de peluche, y por la noche le cuento cómo me fue y le pido que me proteja de Obama, porque le tengo más miedo a los mesías que suscitan un apoyo unívoco que a los populistas pendencieros que miramos con tanta desconfianza. Chávez tiene más color local que Uribe; y más, incluso, que Uribito, aunque ahora venga disfrazado de campesino paisa.

Pero me gustaría tenerlos a los dos, para sentarlos a la mesa a tomar té, jugar al papá y a la mamá o llevarlos juntos a la peluquería de la Barbie. Igual son dos hampones de la misma calaña, un par de tiranos ebrios de poder, temperamentales, machistas y anacrónicos. Yo, sin embargo, me daría el lujo de manipularlos como marionetas.

-Dominguete